El esposo de Nadine Heredia, Ollanta Humala, se dispuso a armar el arbolito de Navidad para adornar el Salón Dorado de Palacio de Gobierno pero no logró hacer que quedara bien porque le faltaron dos, imprescindibles y necesarias, bolas.
“Mi esposo ha estado buscando esas bolas desde que asumió el Gobierno pero no las ha encontrado nunca, ni con los empresarios de la CONFIEP, ni con los congresistas de la oposición, ni con la delincuencia del país, ni mucho menos conmigo, no las ha encontrado por ninguna parte”, dijo la Primera Dama mientras escondía una agenda.
Al saberse que las dos bolas que necesitaba el arbolito no estaban por ninguna parte, se les preguntó a todos los miembros del Consejo de Ministros a ver quién si tenía un par de buenas bolas que prestara para servicio del arbolito, ninguno pudo ofrecerse como voluntario porque tampoco tienen.
Al final, convocaron a un poblador de los andes, que vive con 100 soles mensuales y mantiene a una familia de 8 personas, tiene una pequeña casa de quincha, cultiva sus tierras para alimentarse, hierve el agua de un río contaminado por la minería para poder beberla y aún así educa a sus hijos lo mejor que puede y saca adelante al país, decíamos que lo convocaron porque él solito, tiene más bolas que todos los políticos reunidos en palacio.
